Te presentamos la serie “Me quiero hacer una casa”, una guía práctica con todo lo que necesitas saber si quieres emprender la aventura de construir tu propia vivienda.
Este el primer artículo de una serie que pretende aclarar qué factores hay que tener en cuenta a la hora de levantar una vivienda. En realidad la mayor parte de lo redactado en este capítulo servirá también para realizar una promoción de un edificio de viviendas o incluso cualquier tipo de construcción.
CAPÍTULO 1: EL SUELO
Si habías llegado a plantearte que empezaríamos la casa por el tejado ya puedes quitarte esa idea de la cabeza. Empezaremos por el suelo, el lugar donde ubicaremos la casa. En este primer punto pueden darse dos escenarios. Por un lado, que ya tengas un terreno donde edificar, caso en el que, si es realmente un buen suelo, serás afortunado. Por otro lado, si tienes que comprarlo, aquí encontrarás los factores clave a tener en cuenta para no llevarte sorpresas después.
· Clasificación del Suelo:
Parece obvio, pero debes asegurarte de que se puede construir una vivienda (y de qué tamaño) en la parcela que quieres comprar. Además, deberás confirmar que esté libre de cargas, no esté afectada por la Ley de Costas y cómo está recogida en el planeamiento municipal.
· Normativa Municipal:
Hay ayuntamientos que controlan la apariencia de lo que hay que construir: materiales, formas, colores… Puede ser que queramos realizar un tipo de casa en concreto y no sea posible en ese pueblo. Si has contratado algún técnico para el proyecto convendría que realizase una consulta en el Ayuntamiento y si no, tendrás que hacerla tú mismo.
· Usos Antiguos:
Mucho cuidado con esto. Ni el notario ni el registrador van a advertirte. Comprueba que el terreno no está en la lista de suelos potencialmente contaminados. No es lo habitual pero estos terrenos existen. Puede que aparezca en esta lista si ha sido utilizado como vertedero o ha habido una fábrica allí anteriormente. Si es así, lo mejor es olvidarse de ese terreno, ya que habría que realizar una descontaminación del mismo…y esto cuesta mucho dinero.
Además, si solicitas información en el Ayuntamiento al respecto, asegúrate de que sea por escrito. Otra opción es añadir una cláusula en el contrato de compra del terreno para conseguir que el vendedor se haga responsable.
· Orografía:
No es lo mismo un terreno plano que otro con una fuerte pendiente. Hay que tener en cuenta que este último va a incrementar la factura de cimentación por la necesidad de realizar muros y movimientos de tierras (desmontes y/o rellenos).
· Naturaleza Geológica del Terreno:
Conviene informarse en el Ayuntamiento de este punto. Además, puedes preguntar en las parcelas próximas para que te sirvan de referencia y si esto no es posible te recomendamos encargar un estudio geotécnico a una empresa especializada. En caso de que el terreno sea “bueno” nuestra cimentación será sencilla, rápida y económica. Sin embargo, si se trata de un terreno geológicamente malo la cimentación puede llegar a ser tan cara como el resto de la casa. Entre estos terrenos “malos” destacan las marismas, terrenos de relleno, suelo con posibilidad de simas…
Si seguimos estos consejos encontraremos el terreno perfecto para nuestra vivienda. Hasta aquí el primer capítulo de “Me quiero hacer una casa”, sigue atento el resto de entradas del blog para continuar recibiendo imprescindibles consejos.
¡Saludos, tmsarquitectos!